Para transformar el sector, se requiere acciones inmediatas en siete áreas o mediante la adopción de enfoques de producción a gran escala.
Foto: Productivity Puzzle
La industria de la construcción emplea alrededor de 7% de la población en edad de trabajar y es uno de los más grandes sectores económicos, con $10 trillones gastados en bienes y servicios relacionados a la construcción cada año. Sin embargo, la industria tiene un intratable problema de productividad y, según Reinventing construction: A route to higher productivity (Un nuevo reporte del instituto McKinsey Global), una oportunidad para elevar el valor agregado a $1.6 trillones.
Reinventando la Construcción: Siete caminos hacia adelante
Hay sectores que se han transformado e incrementado su productividad, como el sector Retail y el Sector Manufactura.
Según MGI’s digitalización Index, la construcción está entre los últimos sectores digitalizados en el mundo. En los Estados Unidos, la construcción ocupa el penúltimo lugar, mientras que en Europa está en el último lugar.
A nivel mundial, la productividad laboral en la construcción tiene en promedio solo 1% de crecimiento al año durante las últimas dos décadas, comparado con el 2.8% de crecimiento para la economía mundial y 3.6% en el caso del sector manufactura.
Si la productividad del sector construcción alcanzara la de la economía total, aumentaría el valor agregado del sector en un estimado de $ 1.6 trillones, que se traduciría en un incremento de alrededor del 2% a la economía global, o el equivalente a cubrir aproximadamente la mitad de del déficit de infraestructura del mundo.
En ausencia de cambios, las necesidades globales de infraestructura y vivienda serán difíciles de cumplir. A pesar del enorme potencial de la construcción, donde los desafíos son bien conocidos y ya discutidos durante mucho tiempo, el progreso ha sido limitado.
El nuevo estudio sobre la Productividad de la Construcción (MGI) confirma que hay muchas razones para un performance pobre y persistente. La industria es excesivamente regulada y depende ampliamente de la demanda del sector público. La informalidad y algunas veces la corrupción distorsionan el mercado. La construcción está enormemente fragmentada: los contratos están llenos de desajustes en la asignación de riesgo y en las retribuciones; a menudo, los ejecutores y contratantes inexpertos encuentran difícil conducirse por un mercado turbio. El resultado es una gestión y ejecución de proyectos deficientes, procesos de diseño inadecuados, falta de inversión en I&D e innovación.
Repensar la construcción en la Iniciativa Global de la Infraestructura
El performance de productividad de la construcción global no es uniforme. Existen grandes diferencias regionales y grandes variaciones dentro de la industria. El sector se divide ampliamente en dos: los grandes actores dedicados a la construcción pesada, como la construcción civil e industrial de viviendas a gran escala, y un gran número de empresas dedicadas a oficios especializados y fragmentados, como trabajos mecánicos, eléctricos y de plomería que actúan como subcontratistas o trabajan en proyectos más pequeños, como la restauración de viviendas unifamiliares. El primer grupo tiende a tener entre un 20% y 40% más de productividad que el segundo grupo.
Los ejemplos de empresas y regiones innovadoras sugieren que actuar en siete áreas simultáneamente podría aumentar la productividad entre 50% y 60%. Plantean la restructuración de la regulación; reconfigurar el marco contractual en la industria; repensar los procesos de diseño e ingeniería; mejorar la adquisición y la gestión de la cadena de suministro; mejorar la ejecución en el sitio; infundir la tecnología digital, el uso de nuevos materiales y la automatización avanzada; y volver a capacitar a la fuerza de trabajo.
Algunas partes de la industria podrían avanzar hacia un sistema de producción a gran escala, en el cual la mayor parte de un proyecto de construcción se construye a partir de componentes estandarizados prefabricados fuera del sitio de la obra. La adopción de este enfoque ha sido limitada hasta ahora, aunque está aumentando. Los ejemplos de empresas que se están moviendo en esta dirección sugieren que es posible un aumento de productividad de cinco a diez veces.
Hoy en día, la industria está estancada: levantarla requerirá la participación de todos los actores. Los propietarios deberían ser los principales beneficiarios de un cambio hacia un modelo más productivo que eventualmente los recompensará con una mayor fiabilidad de programación y menores costos. Sin embargo, generalmente son reacios a asumir riesgos y no tienen la suficiente experiencia para conducirse en el mercado. Solo cuando haya una gama suficientemente amplia de contratistas y actores orientados a ofrecer productos más estandarizados a precios más bajos, podrán cambiar las malas prácticas en el sector.
Algunos gobiernos ahora están adoptando un enfoque activo para impulsar la productividad del sector de la construcción a través de la regulación. El impacto puede verse reflejado en una serie de esfuerzos que están derribando las barreras al cambio. La demanda está aumentando; la escala de actores y proyectos está aumentando, logrando que el nuevo sistema productivo sea viable; y que el precio de la tecnología que mejora la productividad y las herramientas digitales esté disminuyendo, haciéndolos más accesibles, al mismo tiempo que aumenta la transparencia del mercado y cambia la dinámica de los pequeños comercios. Con el aumento de los costos de mano de obra y una posición favorable hacia el desarrollo tecnológico, mejorar la productividad se vuelve más atractiva.
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